De la “Gran Renuncia” a la “Gran Prejubilación”, la nueva crisis de talento
El mundo laboral ha experimentado un profundo cambio en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia de COVID-19. Primero, el más sobresaliente fue la “Gran Renuncia”, y ahora, un nuevo fenómeno parecido está llegando a las oficinas, uno que está siendo catalogado como la “Gran Prejubilación”.
De acuerdo con el sitio web de Emprendedor, tan solo en la Reserva Federal de San Luis, se registraron aproximadamente 2.6 millones de jubilados en Estados Unidos durante 2002, una cifra considerablemente mayor a la prevista en las proyecciones oficiales.
Este aumento en las jubilaciones anticipadas ha sido notable, especialmente entre la generación del “Baby Boom”, que desde 2008 ha estado gestionando su prestación por jubilación al llegar a los 62 años.
El fenómeno de la jubilación anticipada no se limita a Estados Unidos, sino que también se observa en países europeos como España, Italia, Alemania, Países Bajos, Reino Unido y Francia.
Factores como la preocupación por la salud, el agotamiento físico y mental, y el aumento del valor de los activos están impulsando esta tendencia en todo el mundo.
La Gran Prejubilación está provocando que la edad media de retiro disminuya en algunos segmentos de la población, acercándose ahora a los 60 años en Estados Unidos. Este cambio plantea desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad fiscal y la seguridad financiera a largo plazo.
En Estados Unidos, por ejemplo, se proyecta un aumento significativo en el déficit fiscal en las próximas décadas, en gran parte debido a la carga pensionaria. Si bien este es un problema que enfrenta la mayor economía del mundo, otras naciones también se enfrentan a desafíos similares en términos de sostenibilidad de los sistemas de pensiones y seguridad social.
La Gran Prejubilación es una tendencia global que está desafiando los paradigmas laborales establecidos y planteando importantes preguntas sobre el futuro del trabajo y la seguridad financiera en todo el mundo.
Es fundamental que los gobiernos, las empresas y los individuos se preparen para adaptarse a este cambio y encontrar soluciones sostenibles para garantizar el bienestar económico de las generaciones futuras.
