Cómo mejorar la gestión del tiempo

Cómo mejorar la gestión del tiempo

Lo primero es reconocer la importancia de la administración y ser realistas, ya que la clave es simple: gestionar lo que se hace con el tiempo que se tiene.

Organizarse es fundamental para ejecutar las tareas en tiempo y forma y obtener los resultados esperados. Igual permite que las personas atiendan imprevistos, sin afectar el cumplimiento de otras actividades. Sin embargo, para muchos colaboradores es un desafío constante; para evitar que esto pase, lo primordial es hallar la manera de mejorar la gestión del tiempo.

AEC define a la administración del tiempo como “el reparto adecuado del tiempo de trabajo de una persona en las distintas tareas que tiene que acometer”; por lo tanto, “permite administrar el tiempo de trabajo para obtener la mayor productividad posible”

Para obtener los beneficios de la gestión del tiempo, BBVA destaca que primero hay que tener en claro que, en sí, es imposible gestionar el tiempo porque este “fluye sin parar”. Esto quiere decir que la clave es la siguiente: gestionar lo que se hace con el tiempo que se tiene.

Para que esto suceda, lo primero es comprender la importancia de la administración de este recurso y ser realista en lo que se puede hacer en el tiempo que se tiene disponible. Partiendo de estos dos puntos, las personas pueden empezar a mejorar la gestión, considerando los siguientes aspectos:

    • Detectar las fugas de tiempo. Se refiere a aquellos distractores que afectan el flujo de trabajo que pueden ir desde las continuas interrupciones del jefe o compañeros de trabajo, revisar las redes sociales y querer hacer más de una cosa a la vez. 
    • Distinguir qué es urgente e importante. Aprender a priorizar es elemental para no saturarse y hacer entregas puntuales, sin sentir presión o que la calidad de las tareas sea mala. En este punto es válido -y prioritario- preguntar al jefe la importancia de las acciones indicadas, ya que permitirá tener mayor criterio para tomar una decisión objetiva. 
    • Hacer una programación. Al tener todas las tareas mapeadas, es más fácil establecer fechas de entrega reales, evitando la saturación, atrasos y baja productividad. 
    • Tener objetivos claros. Un tema crucial es aprender a soltar un proyecto, contenido o producto, es decir, es bueno querer hacer buenas entregas, pero se deben tener límites. Y por eso es prioritario tener objetivos claros, ya que son la guía para seguir un proceso y tomar decisiones con seguridad.
    • Aprender a decir no y delegar. Saturarse de trabajo es un error que muchos colaboradores comenten, creyendo que tener varias encomiendas es significado de creatividad y productividad. Pero es conveniente aprender a ponerse límites y ser realistas para cumplir al 100%.

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