Hablemos de liderazgo

Hablemos de liderazgo

Por: Carlos Sandoval Valdés

Desde hace algunas décadas, el liderazgo se ha convertido en una tendencia en las organizaciones que constantemente buscan potenciar las capacidades de los colaboradores, a fin de alinearlas hacia la estrategia corporativa y lograr los resultados anhelados. Sin embargo, alcanzar estos resultados ha sido una aventura y en esta época ha cobrado mayor relevancia, dado que las personas buscan mayor conexión e identificación con las estrategias y no sólo de las compañías, sino de todos los individuos con los que interactúan; por lo tanto, desarrollar un liderazgo que permita conectar con la gente a un nivel más allá de lo laboral se plantea como la clave para salir de la crisis, obtener resultados extraordinarios y permanecer en un mundo en constante cambio.

Hay cinco tipos de liderazgo más conocidos en la última década plantean diferentes formas para lograr una conexión con los colaboradores y, al final, obtener las metas esperadas; éstos son los siguientes:

  1. Liderazgo transformacional
  2. Liderazgo multiplicador
  3. Liderazgo situacional
  4. Liderazgo ágil
  5. Liderazgo disruptivo

Este artículo no tiene la intención de explicar cada uno, sino hablar de lo que tienen en común: la persona, ya que es la clave para que funcionen adecuadamente. De hecho, los cinco son herramientas eficientes para gestionar al equipo y se diferencian por la forma de aproximarse o generar ese vínculo con los colaboradores.

Esta es una de las razones por las que cuando implementamos alguno de estos tipos de liderazgo los resultados no se ven favorecidos, ya que dejamos todo a la técnica sin entender el trasfondo, que es crear de manera genuina estos vínculos. Todas las estrategias o tipos son eficientes, siempre y cuando surjan de la auténtica intención de ayudar a los otros a desarrollar su potencial.

Cuando estas herramientas se usan con el fin de ayudarse a sí mismo, funcionarán por algún tiempo, pero llegado el momento las personas se darán cuenta que están siendo utilizadas y se romperá el lazo de comunicación, haciendo más difícil la gestión y alcanzar los resultados.

Al final, no importa el estilo que decidas, sino que tengas la firme convicción y compromiso de que el liderazgo no se trata de ti, sino de los demás.

Si has comprendido que el liderazgo es una posición de servicio, los siguientes tips te funcionarán para fortalecer la relación y vínculo con el equipo.

1.Tener un buen autoconocimiento. Esto permitirá gestionar las emociones de mejor manera, así como la forma en la que las manifiestas con el equipo y los efectos que generas

2. Ser auténtico. Proyectar una imagen falsa sólo hace que haya distanciamiento con el equipo y romperá la confianza. Hay que recordar que nadie es perfecto, entre más auténtico se muestre uno, más fácil será para los colaboradores hacer una conexión

3. Tomar la iniciativa. Un líder busca a su equipo, está en constante comunicación y cercanía con él porque de esta manera el equipo lo siente cercano y lo hace parte de su dinámica

4. Mantener una comunicación abierta, honesta y clara. En la medida en la que se pueda hablar con libertad y permitir un diálogo honesto, se tendrá mayor capacidad para obtener la información de lo que está ocurriendo y se tomarán mejores decisiones.

5. Mantener una mentalidad de aprendiz. Todo líder sabe que no lo sabe todo, por lo tanto, estar abierto a nuevas perspectivas, oportunidades y aprender nuevas habilidades y conocimientos siempre ayudarán a estar actualizados y fortalecer las relaciones con otras personas que pueden ayudar en cualquier situación.

Por último, hay que elegir el tipo de liderazgo con el que uno se sienta más a gusto para conocerlo, aprenderlo y ponerlo en práctica. Si todo lo anterior se integra al estilo personal de liderazgo, seguramente se tendrá un excelente resultado.

¡Nos leemos pronto y deseo que despierten su potencial!

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