Los mandatos de regreso a la oficina no mejoran su valor, revela estudio
Desde que terminó el confinamiento, no han sido pocas las empresas que han ordenado el regreso a las labores presenciales alrededor del mundo. Sin embargo, un nuevo estudio de la Katz Graduate School of Business de la Universidad de Pittsburgh, reveló que los mandatos de regreso a la oficina no mejoran su valor.
De acuerdo con Business Insider, los investigadores examinaron detenidamente si obligar a los empleados a regresar a la oficina estaba vinculado a un aumento en la productividad y el rendimiento. Los resultados, sin embargo, no respaldan dicha afirmación.
Más bien, sugieren que los gerentes podrían estar utilizando estos mandatos para reafirmar el control sobre los empleados y, en ocasiones, culparlos por el bajo rendimiento empresarial.
El estudio analizó datos de 137 empresas del S&P 500 y descubrió que los mandatos de regreso eran más comunes en empresas que habían experimentado un desempeño deficiente en el mercado de valores. También encontraron una tendencia hacia la imposición de estos mandatos en organizaciones con CEO masculinos y poderosos.
Es importante señalar que los datos no especificaban la frecuencia de los días requeridos en la oficina, lo que podría influir en el impacto del mandato. Además, utilizando datos de Glassdoor, los investigadores descubrieron que los mandatos reducían las calificaciones de los trabajadores en cuanto al equilibrio entre trabajo y vida personal, la satisfacción con la alta dirección y la satisfacción laboral en general.
En un momento en que la productividad y la flexibilidad laboral están en el centro del debate, los mandatos de regreso a la oficina han generado opiniones encontradas.
Por un lado, algunos empleados los ven como una oportunidad para aumentar la colaboración y separar claramente el trabajo de la vida personal. Por otro lado, muchos han expresado su descontento, como lo demuestran las peticiones firmadas por miles de empleados de empresas como Amazon y Disney.
El economista de Stanford, Nick Bloom, sugiere que un regreso a la oficina bien ejecutado implica un equilibrio entre días en la oficina y flexibilidad remota. Además, enfatiza la importancia de que los gerentes tengan una parte explícita de su evaluación centrada en la mentoría, lo que podría incentivar un enfoque más equilibrado y efectivo para gestionar el regreso a la oficina.
En última instancia, la gestión del regreso a la oficina es un desafío multifacético que requiere una consideración cuidadosa de las necesidades y preferencias de los empleados, así como de los objetivos comerciales de la empresa.
Con una comprensión más clara de los impactos potenciales, los líderes empresariales pueden tomar decisiones informadas y estratégicas que beneficien a todos los involucrados.
