Latinoamérica tiene la menor adopción del trabajo remoto global
El mundo del trabajo ha experimentado una transformación sin precedentes con la adopción del Home Office. Sin embargo, Latinoamérica tiene la menor adopción del trabajo remoto global, según revela un informe reciente de la firma multinacional de servicios inmobiliarios JLL.
De acuerdo con el sitio de Bloomberg Línea, contrario al auge del trabajo remoto en otras partes del mundo, en Latinoamérica apenas el 10% de los trabajadores optan por esta modalidad. Esta cifra contrasta notablemente con la situación en Europa, Oriente Medio y África (EMEA), donde el trabajo remoto contribuye con el 29% de la fuerza laboral.
Según el informe de JLL titulado “El Futuro del Trabajo: Esquemas de Trabajo en Latinoamérica”, la región latinoamericana se destaca por su preferencia hacia el modelo híbrido, con un impresionante 71% de los trabajadores adoptando esta modalidad. Este enfoque se muestra como el más popular entre las distintas regiones analizadas.
Este fenómeno puede atribuirse a una combinación de factores, incluyendo una arraigada cultura del trabajo presencial y desafíos urbanos en las grandes ciudades latinoamericanas, como el transporte público y la congestión vehicular.
El estudio se basó en una encuesta realizada a cerca de 300 empresas en 13 países latinoamericanos, revelando que un 29% de las organizaciones han adoptado un esquema híbrido que incluye dos días presenciales y tres remotos.
Así mismo, Brasil destaca como el país con el mayor porcentaje de empresas que operan bajo este esquema, con un impresionante 45%.
En cuanto al trabajo totalmente presencial, su participación ha disminuido significativamente, pasando del 66% al 19% en Latinoamérica después de la pandemia. Sin embargo, la adopción del modelo presencial varía según el país y el sector industrial.
El informe también destaca el cambio hacia formas flexibles de trabajo y la digitalización como desafíos adicionales en la gestión del tiempo para los empleados.
Mientras el trabajo remoto continúa siendo una tendencia global, Latinoamérica encuentra su propio camino, priorizando un modelo híbrido que equilibra la presencialidad con la flexibilidad, adaptándose a las necesidades y realidades de la región.
