Síndrome de burnout: cuáles son los primeros síntomas

Síndrome de burnout: cuáles son los primeros síntomas

Ante la pandemia, este trastorno se ha agudizado y actualmente el 75% de la población mundial lo sufre, indica la Organización Mundial de la Salud.

Uno de los principales síndromes que se agudizó con la pandemia es el burnout, ya que numerosos empleados se han centrado en el trabajo para no pensar en la pandemia o demostrar que son productivos debido al temor de perder su empleo. Pero también porque hay organizaciones que sobrecargan a los colaboradores, considerando que están en su casa y pueden disponer de su tiempo prácticamente 24/7.

Aunque el trastorno se empezó a estudiar en la década de 1970, es hasta ahora, es decir, 50 años después, que el burnout es más conocido y padecido a nivel global. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el 75% de la población lo padece.

Sin embargo, el síndrome de burnout, también conocido como trabajador quemado, no se presenta de la nada, sino que tiene un crecimiento paulatino y, finalmente, puede causar la incapacidad para continuar con el trabajo habitual.

El País puntualiza que este trastorno “tiene su origen en la exposición prolongada a situaciones de estrés por factores como una excesiva carga de trabajo, falta de motivación y reconocimiento y unos compañeros o un ambiente de trabajo tóxicos”.

Por lo tanto, los primeros síntomas que se presentan son los siguientes, señala la Universidad Unade:

      • Falta de energía o agotamiento. La principal diferencia con el cansancio “regular” es que la falta de energía comienza desde el inicio de la actividad.
      • Frustración y sentimiento de fracaso. Por lo general, se presentan cuando se ha puesto mucho dedicación y esfuerzo, pero no se alcanzan los objetivos.
      • Estado de ánimo variable. Es fácil pasar de la irritabilidad a la negatividad, por ejemplificar, además de que este cambio se da por cualquier situación o incluso acción o comentarios de los compañeros de trabajo.
      • Falta de concentración. Es casi nulo enfocarse en las actividades, pero también dejar de pensar en las mismas después de la jornada de trabajo, de modo que hay una desconexión tanto en el ámbito profesional como personal.

Los síntomas pueden variar en cada persona, pero su presencia es continua y más obvia con el paso de los días y semanas. Lo importante es actuar prontamente para atenderlo, recordando que no sólo se trata de una etapa de estrés o cansancio, sino de un trastorno mental que requiere acciones puntuales para evitar mayores afectaciones, indica la OMS.

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