

La reputación digital es la percepción que se tiene de una persona o empresa y que se basa en su presencia, ya sea por cuenta propia o de terceros, en internet. Se basa en contenidos e interacciones publicados en redes sociales, blogs y sitios web especializados.
En el mundo del marketing se habla mucho de la presencia digital y la importancia de posicionarnos en diferentes canales online. Pero la cuestión es que el Internet es un entorno abierto y dinámico. En el pasado, los medios tradicionales, como los periódicos, la radio y la televisión permitían la comunicación unidireccional con el público.
Hoy en día, la realidad es muy diferente, las personas expresan públicamente y en todo momento sus opiniones sobre los productos y servicios que consumen. Por ello, la reputación online es la forma en que el público en general entiende a tu marca y los sentimientos que se relacionan con ella en los diferentes canales y medios en línea.
Si en el pasado las personas jugaban un papel relativamente pasivo en la comunicación de las empresas, hoy actúan como verdaderos protagonistas. El nuevo consumidor no solo está actualizado y consume toneladas de información a diario, sino que nunca había tenido tantas armas y herramientas a su disposición para protegerse de productos y servicios engañosos.
La publicidad y la propaganda definitivamente ya no son el alma de los negocios, y la empresa que no desarrolle formas de ganarse el aprecio y la confianza de su audiencia puede pagar un alto precio por ello.
Por ello, han surgido áreas y tareas específicas para cuidar este aspecto, como Online Reputation Management, que tiene como objetivo evaluar, monitorear y promover mejoras en la imagen de la marca.
Las marcas queridas por el público venden más, eso es obvio. Pero los resultados de un buen trabajo de reputación digital van mucho más allá de las ventas. Estas empresas también ganan mayor autoridad en el mercado, tienen más colaboradores, atraen la atención de los inversores y, por supuesto, crecen más.
La reputación online de una empresa, por lo tanto, no está al principio, sino al final de un trabajo de calidad de punta a punta: desde el desarrollo o elección de un producto hasta sus acciones de comunicación y relación con los clientes. Al final de cuentas, las marcas más admiradas son aquellas que se interesan por el universo de su audiencia.