La brecha digital y su impacto en Latinoamérica

La brecha digital y su impacto en Latinoamérica

Forjar los ecosistemas digitales sería un punto clave, destaca Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El aceleramiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) fue necesario para atender y resolver situaciones adversas ante la crisis sanitaria. Sin embargo, a nivel global no se dio en el mismo grado, ya que en algunas regiones salió a relucir la brecha digital.

La digitalización y la penetración del internet son parte de la nueva normalidad en todos los sentidos: personal, educativo, profesional y entretenimiento. Y de estos dos factores depende la conectividad de cada persona, es decir, las ventajas y desventajas que pueden tener para incorporarse a las actividades de un mundo cada vez más digital.

En el caso de Latinoamérica y el Caribe, el 32% de la población (244 millones de personas) no tiene acceso a internet, destaca un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Microsoft.

La investigación obtuvo información de 24 países y destacó que el 71% de la población urbana cuenta con opciones de conectividad. En tanto, Iberdrola indica que en Centroamérica y Sudamérica la penetración de internet es del 68.9%.

Oportunidad

Al respecto, Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, señala que la brecha digital es un problema que está dejando grandes afectaciones, de modo que urge atenderlo para amortiguar su impacto en las siguientes generaciones y, desde luego, en la economía de la región.

“Los retrasos en la conectividad y la digitalización de los países de América Latina y el Caribe han agravado drásticamente los impactos económicos y sociales del COVID-19. Sin embargo, esta realidad también representa una oportunidad histórica para reducir la desigualdad y generar empleo y un crecimiento económico sostenible”.

Agregó que es necesario fomentar los ecosistemas digitales porque permitirían que haya un aumento “drástico” en el empleo, lo cual impulsaría el crecimiento económico sostenible. Sin embargo, no basta con esto, ya que la brecha digital también es el reflejo del nivel de pobreza que se vive en los países de la región.

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