En la actualidad, un gran número de personas se inclina por tener un estilo de vida fitness, ejercitándose y llevando una alimentación balanceada. Esto es positivo, de hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hacer cinco horas de ejercicio a la semana. Sin embargo, hay un “músculo” que es igual de importante, pero que se suele olvidar ejercitar: el cerebro.

Por lo general, el cuidado del cerebro se considera que es casi exclusivo de las personas mayores; sin embargo, hay que recordar que a partir de los 25 años de edad se empieza a perder naturalmente volumen cerebral, es decir, la materia gris se deteriora y reduce y se modifica la estructura de las neuronas y conexiones de la corteza cerebral. 

Como consecuencia, existe pérdida progresiva de la capacidad para razonar y tener rapidez mental.

De hecho, la psicóloga de neurorrehabilitación Sherrie All, fundadora del Centro de Bienestar Cognitivo de Chicago, Estados Unidos, indica que la memoria no se trata sólo de la edad, ya que “las personas mayores de 40 años olvidan que también olvidaron cosas cuando tenían 20 años”.

Trabajo constante

Esto conlleva a analizar la importancia de entrenar el cerebro para aumentar la memoria y aprender a enfocar la atención; al buscar mejorar las habilidades cognitivas, el centro del trabajo se basa en la estrategia compensatoria, que consiste en apoyarse de recursos para completar tareas o actividades; por ejemplo: en el caso de los niños, las canciones que se inventan para aprender los colores, los números o los nombres de los presidentes. 

Adicional, algunas prácticas para maximizar el ejercicio cerebral son las siguientes, de acuerdo con Sherrie All:

1. Activación física. La psicóloga de neurorrehabilitación señala que está comprobado que el ejercicio ayuda a desarrollar más células cerebrales. Aunque no hay un ejercicio en específico que se recomiende, se destacan las rutinas con intervalos de alta intensidad, así como actividades al aire libre, como paseos en bicicleta o caminas, y yoga. 
2. Aprendizaje continuo. El cerebro es como una esponja, así que nunca se cansa de recibir nueva información; sin embargo, hay que poner límites, ya que existe una línea delgada entre entrenarlo y forzarlo. Algunas actividades que se pueden considerar son aprender a tocar un instrumento o aprender un nuevo idioma. Igual resolver sopas de letras o crucigramas e incluso armar rompecabezas; lo interesante es que todas estas acciones se pueden hacer mediante aplicaciones, lo que puede ser un estímulo extra.
3. Descanso oportuno. Muchas veces, el desgaste mental se debe a que no se deja que el cerebro descanse, de modo que se sobresatura y su funcionamiento disminuye. Por esto, es recomendable dormir entre 7 u 8 horas de manera interrumpida, tiempo en el que el cuerpo atraviesa un ciclo de cuidado del cerebro. 
4. Interacción social. El cerebro está diseñado para la interacción, de modo que al no estarlo se deprime; de hecho, un estudio en Psicología Social y Ciencias de la Personalidad indica que con sólo 10 minutos de conversación se aumentan las habilidades de funcionamiento ejecutivo como la memoria de trabajo y la capacidad de suprimir las distracciones. Actualmente, ante la pandemia, la tecnología es la mejor opción para procurar la conexión con otras personas.

Haciendo una recapitulación, la ejercitación del cerebro se puede dar en diferentes actividades que incluso son placenteras, ya que algunas se centran en que las personas tengan un espacio para sí mismas, mientras que otras se dan en el mismo acompañamiento social, ya sea en vivo o de manera virtual. Por lo tanto, todo es cuestión de tomar la decisión de querer mejorar la memoria para desempeñar de mejor forma las actividades en todos los ámbitos de la vida.