

La clave radica en darle un rostro humano, recordando la importancia de escuchar y brindarles un entorno de confianza a los colaboradores.
La comunicación es la base de todo, al ser el medio para que haya entendimientos entre las personas. En las organizaciones, su papel es fundamental, sobre todo cuando se habla de comunicación interna. Más allá de tener canales y mecánicas, lo principal es que las empresas la fortalezcan de manera continua.
Bizneo define a la comunicación interna como el conjunto de “acciones de comunicación dirigidas a los empleados, con la finalidad de fomentar el diálogo entre las distintas áreas que forman la empresa y la participación de los trabajadores”.
En pocas palabras, se trata de una “estrategia gestionar e integrar el equipo humano de una empresa”, de modo que su cometido es claro: mejorar el diálogo para evitar malos entendidos y tener buenos resultados a nivel empresarial.
Su fortalecimiento es fundamental y por eso es necesario entender el contexto del momento. En este caso, el panorama es complejo y sin precedentes debido a la crisis sanitaria, la cual hizo más vulnerable a la sociedad. Debido a esto, el rostro humano es vital.
Al respecto, Entrepreneur expone que es necesario hablar y forjar la Comunicación Interna Humanizada, que consiste en que las empresas conecten con los empleados, además de que sean flexibles y empáticas.
¿Cómo hacer qué esto suceda? Lo importante es empezar por lo básico:
No importa el tamaño ni la antigüedad de las empresas, todas deben trabajar en el fortalecimiento de la comunicación, ya que eleva el compromiso de los colaboradores, al sentirse parte de un todo