Persuasión para líderes en épocas complejas
Por: Redacción Recursos Humanos TV
El político Winston Churchill dijo una vez que “la persuasión no consiste en que los demás hagan lo que yo quiero, sino en que quieran hacer lo que yo quiero que hagan”. Esto describe de forma clara la capacidad para influir en las decisiones de otras personas, una habilidad que aunque está vinculada con el liderazgo, muchos confunden con la manipulación.
Muy pocas personas consideran a la persuasión como parte de las habilidades que les ayudarán en su vida laboral, pues se le atribuye erróneamente a quienes tienen cargos como políticos o vendedores de ética dudosa.
Esto está muy lejos de la verdad, pues la persuasión positiva, responsable y que busca el beneficio común es parte de la comunicación y el liderazgo. En este sentido, cualquier profesional debe desarrollarla y lograr ser persuasivo.
No todas las personas influyentes lo son de manera instintiva, aunque es una realidad que existen líderes natos. Las claves de la comunicación persuasiva se pueden aprender, aplicarse fácilmente y con éxito en un entorno profesional, independientemente del cargo que tengamos.
Pero antes de tratar de convencer a los demás, puedes practicar algunas conductas que afiancen tu liderazgo. Algunas que puedes comenzar a desarrollar son:
- Define tus metas. Piensa con claridad qué es lo que quieres lograr y ponte objetivos prioritarios. Una vez que hagas esto, enfoca tu capacidad de influencia en estas metas, pero evita desperdiciar esfuerzos en cosas que sabes que no puedes lograr por el momento y que sólo representarán una pérdida de tiempo.
- Piensa positivo. Es importante saber que nadie consigue persuadir a otros utilizando frases o conceptos que resulten negativos. Evita culpar a los demás, criticar su trabajo, minimizarlos o mostrar desprecio. Elimina de tu vocabulario palabras como imposible o fracaso.
- Toma el mando. Si quieres influir en los demás, mantén siempre la compostura y permanece sereno ante los desafíos o las dificultades, mostrando siempre mucha seguridad. Así, los demás confiarán en ti cuando tengan que tomar decisiones.
- No seas confuso. Utiliza argumentos sencillos, claros y precisos, evita divagar o abusar de conceptos abstractos que los demás no comprenderán del todo. Si los demás creen que no ocultas nada y tienes las ideas claras, tomarán de forma más seria tu influencia.
- Escucha a los demás. Para influir en alguien, es necesario ver el mundo con sus ojos, y esto sólo se logra escuchando. Sólo cuando sepas lo que tu jefe, tu cliente o tu equipo desea y necesita, estarás en la posición ideal para ejercer tu influencia.
Pero esta escucha debe ser activa, por lo que si no obtienes suficiente información, debes realizar preguntas abiertas que no se puedan responder con un sí o con un no. Esto te permitirá, al mismo tiempo, obtener información y dirigir la comunicación al punto que te interesa.
- Evita una confrontación. En esta situación, es importante no comenzar una discusión. Si llevas la contraria a tu interlocutor, sólo conseguirás afianzar su posición y obligarle a defender su punto de vista. La mediación siempre será la clave.
- Ignora la resistencia. La mayoría de las objeciones se van por sí solas porque son excusas o simples comentarios para ganar tiempo o determinar una posición negociadora. Por eso, lo mejor es ignorarlas y seguir adelante con tus argumentos.
Influir en las decisiones de compañeros de trabajo no es sencillo. Cada uno tiene sus propios fines, necesidades y problemas y tendrás que pensar en fórmulas más meditadas para hacerlos compatibles y conseguir a la vez tu objetivo. Busca un camino que, aunque no sea recto, conduzca a tu meta pasando por sus deseos y aspiraciones.
Dedica tiempo a escuchar y pensar en los problemas o necesidades de los demás. Como CEO o líder, conocer a quienes te rodean y lograr influir positivamente en ellos te ayudará a crear una empresa más fuerte y exitosa.
