

En el mundo de cara al futuro, el liderazgo de los CEOs pasa por diversas aristas, en las que los directivos con visión de largo plazo ya trabajan preparándose no solo en la teoría, sino en la práctica diaria.
En los estudios, preparación y práctica cotidiana, los CEOs están encargados de dar voz a cada área, cada colaborador y cada directivo a su cargo. La transversalidad que ha adquirido el mundo laboral se ha encargado de permear una perspectiva humanista en la que no caben las antiguas prácticas autoritarias, y en ello se ha basado la conducción empresarial a partir de la construcción horizontal de las organizaciones.
Otra de las áreas de estudio que los CEOs de vanguardia llevan a la práctica es la permeabilidad, que tienen en común la reflexión y la búsqueda de soluciones inmediatas, definitivas y de largo plazo. La finalidad de la dirección del futuro es la dirección que apunte a un liderazgo directo en la que el CEO se involucre por completo en la toma directa de las decisiones.
Existen distintas tendencias que los CEOs están estudiando, y en las cuales se preparan para llevar a cabo la transformación empresarial requerida en el futuro cercano.
La innovación tecnológica, la cambiante situación económica mundial, los cambios demográficos y generacionales, el cambio climático y la sostenibilidad, y la escasez de mano de obra cualificada en rubro tecnológico plantean los desafíos de la adaptación en la Cuarta Revolución Industrial.
Con estas variables, la manera de liderar las organizaciones se ha modificado, la autoridad ya no viene de la mano de un rol de liderazgo intransigente y de modo vertical. Por el contrario, la capacidad de influencia se resume a la búsqueda de competencias funcionales que ocupen un papel diverso en las industrias del futuro.
Los aspectos fundamentales de los CEOs que se preparan para el futuro vienen de la mano del comportamiento humano, las soft skills son de suma importancia de la mano de las hard skills. No es posible un futuro laboral sin humanidad y sin conocimientos técnicos trabajando de la mano.
El futuro no se tratará de dirigir una empresa por dirigirla, es necesario conocer cada área, cada objetivo, cada persona, cada proceso. Sin un conocimiento profundo de la organización, será imposible la integración y la conducción de la misma.
Las corporaciones y sus CEOs no solo deben seguir las tendencias de los países avanzados, es de suma importancia que cada país desarrolle dinámicas de vanguardia en torno a cada contexto laboral, político, económico, tecnológico y social. De este punto se desprende la alineación de los propósitos del CEO con los de la empresa y sus objetivos.
Estos cambios en la gestión de empresas y organizaciones irrumpen en un momento de grandes cambios sociales y políticos que coexisten en un mundo que enfrenta los retos de la pospandemia, aunado al contexto de inflación y conflictos de reacomodo político mundial.
Por supuesto, al mismo tiempo hay que tener en cuenta la convivencia y relevo generacional que las corporaciones enfrentan, por lo que hay que tomar lo mejor de cada sector: la responsabilidad de las generaciones más grandes y la capacidad de enfrentarse a retos de las generaciones más jóvenes.
El contexto, para los CEOs del futuro, se construye en un presente agitado. Los directivos que trasciendan en la Cuarta Revolución Industrial deben prepararse día con día no solo en la teoría, sino, en la práctica diaria, constante, responsable y con visión trascendente de futuro humano.