Existen muchos factores que influyen en el funcionamiento de una organización, pero uno de los más destacados es el bienestar de los equipos que la conforman. Si los colaboradores tienen buena salud, tanto física como mental, la calidad de su trabajo es mayor y la empresa lo notará en los resultados.
Por ello, invertir en un programa de bienestar para los trabajadores es una buena opción, porque reporta beneficios a todos los niveles y no sólo a ellos, también a la propia empresa.
La creación de una cultura de bienestar en la empresa hace que las personas que la integran perciban que su salud y bienestar es importante para sus empleadores, lo que ayuda a que mejore su satisfacción con la organización.
Esto se verá reflejado en un mayor nivel de compromiso de los profesionales con su trabajo y un alto grado de identificación con la compañía, que lo cual eleva la productividad y resultados.
Para impulsar este tipo de planes, la Organización Mundial de la Salud establece un manual para la creación de entornos de trabajo saludables. En él se definen cuatro pilares clave sobre los que se deben orientar las acciones, los cuales son: ambiente físico de trabajo, ambiente psicosocial del trabajo, recursos personales de salud y participación de la empresa en la comunidad.
Respecto a estos, se definen cinco patrones de actuación prioritaria:
La transición hacia una empresa saludable no es sencilla, puesto que requiere un cambio estructural. Es por ello que debes seguir una serie de pasos que te sirvan para garantizar que esta transformación sea exitosa. Estos incluyen una evaluación inicial, planificación, buena comunicación, puesta en marchay evaluación continua.
Poner a tu equipo en el centro de tus estrategias es siempre una buena inversión, porque de ellos depende el éxito de tu compañía. Por ello, debes estar consciente de que construir una cultura del bienestar supone un win-win para todos y si se hace de forma adecuada los resultados mejorarán y podrás marcar la diferencia.