Salud mental de los trabajadores: el reto del futuro del trabajo

Salud mental de los trabajadores: el reto del futuro del trabajo

Por: Redacción Recursos Humanos TV

Luego de la pandemia de COVID-19, se gesta una nueva afectación a la salud contra los trabajadores derivada de la misma: la salud mental de los trabajadores debido al estrés y al ritmo de vida cambiante de forma constante se ve amenazada de manera seria.

Se reporta que los entornos de trabajo seguros y sanos hoy en día y en este contexto, no solo son un derecho fundamental, sino que también tienen más probabilidades de reducir la tensión y los conflictos en ese ámbito, además de mejorar la fidelización del personal y el rendimiento y la productividad laborales.

Por el contrario, la falta de estrategias efectivas y apoyo en el lugar de trabajo, particularmente para quienes viven con trastornos mentales, puede afectar la capacidad de las personas para ser eficaces y disfrutar su trabajo, reducir la asistencia de las personas al trabajo e incluso impedir que puedan obtener un trabajo digno.

El contexto complejo derivado de una pandemia que cambió el mundo laboral, aceleró los riesgos psicosociales que pueden encontrarse en todos los sectores. Por ello algunos trabajadores tienen más probabilidades de estar expuestos a esos riesgos que otros, por la labor que realizan o los entornos en que se desempeñan y la manera de hacerlo.

Los trabajadores de la salud, humanitarios o en situaciones de emergencia a menudo tienen que realizar tareas que conllevan riesgos elevados de exposición a eventos adversos, lo que puede afectar negativamente a su salud mental.

La inflación a nivel a mundial o las emergencias humanitarias y de salud pública provocan riesgos como la pérdida de empleos, la inestabilidad financiera, la reducción de las oportunidades de empleo o el aumento del desempleo.

Las condiciones del entorno laboral generan un ir y venir a contracorriente para las personas, traen repercusiones inesperadas e indeseables, las cuales no podemos ignorar ni dejar pasar por mucho tiempo.

El lugar de trabajo constituye un entorno que amplifica problemas generales que afectan negativamente a la salud mental, incluidas la discriminación y la desigualdad basadas en factores como la raza, el sexo, la identidad de género, la orientación sexual, la discapacidad, el origen social, la condición de migrante, la religión o la edad.

Las personas con trastornos mentales graves tienen más probabilidades de ser excluidas del empleo, y de ser objeto de trato desigual cuando están empleadas. Permanecer sin trabajo también representa un riesgo para la salud mental. El desempleo, la inseguridad laboral y financiera y la pérdida reciente del empleo son factores de riesgo de intento de suicidio.

Para prevenir los problemas de salud mental en el trabajo hay que gestionar los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los empleadores lo hagan mediante la implementación de intervenciones institucionales directamente dirigidas a las condiciones y los entornos de trabajo.

Entendamos por intervención institucional la que evalúa y luego mitiga, modifica o elimina los riesgos para la salud mental en el lugar de trabajo. Entre esas intervenciones tenemos, por ejemplo, la facilitación de modalidades de trabajo flexibles o la implementación de marcos para atender casos de violencia y acoso en el entorno laboral.

Las personas que viven con problemas de salud mental tienen derecho a participar en el trabajo de forma plena y equitativa. La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad proporciona un acuerdo internacional para promover los derechos de las personas con discapacidad (incluida la discapacidad psicosocial), también en el entorno laboral.

Las Directrices de la OMS sobre salud mental en el trabajo brindan recomendaciones basadas en datos probatorios para promover la salud mental, prevenir los trastornos mentales y permitir que quienes viven con esos problemas participen y prosperen en el ámbito laboral. Entre las recomendaciones tenemos intervenciones institucionales, capacitación de gestores y trabajadores, intervenciones caso por caso, reincorporación al trabajo y obtención de empleo.

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