Retos y oportunidades por la igualdad y bienestar del talento femenino
Por: Redacción Recursos Humanos TV
A lo largo de la historia, las mujeres han hecho incalculables contribuciones al mundo laboral. Los logros de las mujeres han ido a contracorriente en un mundo focalizado en la falta de inclusión.
A pesar de ello, en plena era digital, la persistencia de la brecha de género impide a las mujeres desempeñar labores en diversos puestos de representación en una organización. La ínfima representación profesional y académica de las mujeres en la actualidad, representa un importante obstáculo para el crecimiento y la participación en el diseño de nuevas oportunidades.
Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), México se encuentra entre los países que menos mujeres tienen en puestos de liderazgo y administración, esto se señala en un ranking de 182 empresas. Dicho dato abona a que sigan dominando los estereotipos de género en la alta dirección.
Además, el estudio agrega que es mayor el porcentaje de mujeres (43%) que se dedica a las telecomunicaciones. Siendo este ramo, uno de los que más incluyen mujeres en sus puestos directivos.
Sin embargo, en México las mujeres ocupan solo el 12% de los puestos relevantes en una organización, lo que significa que son menos representadas y al mismo tiempo menos escuchadas, y menos tomadas en cuenta para la toma de decisiones.
Expertos de la UNAM coinciden en la necesidad de que las empresas y el sector público tienen que procurar la creación de espacios que concilien las labores profesionales, personales y familiares, para evitar sesgos en el reclutamiento. Al mismo tiempo, se debe sensibilizar a través de capacitaciones a las trabajadoras con poder de decisión para fomentar la corresponsabilidad y que los hombres participen en tareas de sensibilización social y profesional.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Alicia Girón González, ejemplifica que por “cuestiones culturales, suele creer que el sueldo de una empleada es un mero complemento del de su pareja, cuando con mucha frecuencia son ellas las principales proveedoras”. Todo esto, pese a que no acceden con facilidad a ingresos altos o al menos competitivos, según datos del INEGI.
Es por ello por lo que la creciente presencia de mujeres en el mundo laboral viene de la mano con retos distintos, para impulsar su crecimiento profesional y personal. Es necesario encontrar un balance entre la vida labora y el hogar, entre otros rubros pendientes en los cuales, las empresas pueden hacer parte de manera correcta y profesional.
Al año 2023, se tienen 13.3 millones de mujeres más en la población en edad de trabajar, en comparación 2005. Se han sumado 7.6 millones de mujeres a la población ocupada según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (ENOE). En este contexto es de suma importancia encontrar claves y sinergias para lograr ambientes laborales positivos que encausen de manera fundamental la permanencia de las mujeres en la economía.
Por otra parte, el estudio “Con Lupa de Género” del Instituto para la Competitividad (IMCO) indicó que entidades como la Ciudad de México, Baja California Sur, Baja California, Colima y Nuevo León, tienden a tener menor desigualdad en el tiempo para que las mujeres dediquen espacio al trabajo no remunerado. El resto del país enfrenta condiciones desfavorables para el sector femenino.
Según datos de la OCDE, México debe lograr aumentar la participación de las mujeres en el sector laboral para reducir la brecha con los hombres en al menos un 50%. Si ello ocurriera, el Producto Interno Bruto crecería en 0.2% al año.
Según datos del estudio “Iniciativa: Estudio Beneficios Mujeres”, en México el 67% de las mujeres trabajadoras se sienten estresadas; el 62% no se alimentan de manera adecuada lo cual provoca una larga cadena de problemas de salud y sociales; un 47% de mujeres trabajadoras viven con ansiedad crónica debido a los malos ambientes laborales.
De igual forma, con datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se indica que al menos 29.5% de mujeres trabajadoras declararon haber sido víctimas de discriminación en sus centros de trabajo.
Es por ello por lo que es de suma importancia que, desde las organizaciones se impulse la participación femenina, se abran oportunidades en puestos de toma de decisiones y se dejen de lado los prejuicios por género en los procesos de reclutamiento.
Y para procurar espacios saludables de trabajo, es necesario lograr que los planes de compensaciones y beneficios estén diseñados de acuerdo con las necesidades de cada sector de empleados para que, de esta forma, se pueda también procurar el bienestar de las mujeres.
