Tener amigos en el trabajo está bien, asegura experto
Hay quienes dicen que hacer amistades en la oficina no es buena idea, consideran que pueden convertirse en un distractor y reducir el profesionalismo al momento de realizar proyectos juntos. Pero la realidad es que tener amigos en el trabajo está bien, y algunos expertos en Recursos Humanos incluso lo recomiendan.
De acuerdo con Juan Pablo Velázquez, el director global de Recursos Humanos de 3M, formar vínculos personales y de amistad en el trabajo trae grandes beneficios para los colaboradores, uno de ellos, y el principal, es el aumento del sentido de la pertenencia en la organización.
Hacer amigos en el trabajo también fomenta el deseo de alcanzar metas que celebrar en conjunto, es distinto hacerlo con compañeros de trabajo que con alguien que se considera cercano, lo mismo va si se trata del jefe.
Velázquez publica en su perfil de LinkedIn que “la creencia de que en las empresas ‘se deben guardar distancias’ es obsoleta y emocionalmente analfabeta. Suele ser síntoma de desconfiar del profesionalismo o de culturas donde la gerencia es el Olimpo”.
Tener amigos en el trabajo no solo es excelente para mejorar la pertenencia en una empresa. De acuerdo con información de WeWork, y recopilada por el sitio “SuperRRHHeroes”, otros de los beneficios más importantes de formar estos lazos son:
- Aumenta la satisfacción laboral en un 50%, puesto que estamos más tranquilos y felices trabajando con un amigo.
- El compromiso con la empresa es mucho más fuerte, ya que los colaboradores se esfuerzan por quedar bien con sus amigos al momento de trabajar.
- Al tener amigos en el trabajo, los empleados se sienten más motivados y seguros, pues saben que tienen a alguien en quien confiar al afrontar problemas.
- Trabajar junto con un amigo dispara la creatividad, por lo que la productividad aumenta en un 39%.
El ambiente laboral no tiene por qué ser altamente profesional todo el tiempo, por eso no debemos tener miedo o resistirnos a formar lazos de amistad con nuestro equipo de forma natural, siempre y cuando podamos trazar la línea entre momentos de ocio y de trabajo.
