

¿Has oído hablar de las actas administrativas o laborales? Se tratan de un documento que la empresa elabora con el fin de señalar alguna mala práctica realizada por un empleado en el trabajo.
Por decirlo de otra manera, este documento es una especie de carta de advertencia en la que se avisa al trabajador que, de volver a cometer algún acto de gravedad contra la empresa, será despedido o sancionado. Algo así como una tarjeta amarilla en el fútbol.
Según el sitio de Occmundial, en Latinoamérica se puede ser acreedor a más de un acta según la gravedad del asunto, y sirven también al empleador para justificar propiamente el despido de un trabajador.
Entre las acciones que pueden sancionarse con un acta administrativa, están:
-Incumplimiento de horarios de entrada, salida y de comidas
-Faltas injustificadas al trabajo
-Desobediencia a órdenes y reglas de seguridad e higiene
-Por robo
-Presentarse a trabajar bajo la influencia de alcohol o drogas
-Ejercer violencia física o verbal contra compañeros de trabajo y el patrón
-Daños a las instalaciones y equipo
-Y por el incumplimiento de cualquier norma establecida en el contrato o reglamento
Un punto importante a mencionar aquí es que las actas administrativas no están reguladas por la Ley Federal del Trabajo, al menos no en México, por lo que la cantidad de advertencias y sanciones que un trabajador puede recibir depende de la decisión de cada administración, las cuales deben haber sido previamente aprobadas por la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Entre algunas de las sanciones que se pueden aplicar, están:
-Suspensión de actividades de no más de 8 días
-Descuentos en el salario
-Y finalmente el despido definitivo.
Por estas razones es necesario leer detenidamente el contrato de una empresa antes de firmarlo, para que así conozcas todos los detalles sobre los posibles incumplimientos del mismo y por nada del mundo te hagas acreedor de un acta administrativa en tu carrera profesional.