

La manipulación puede darse de manera consciente e inconsciente, su finalidad siempre es la misma: lograr u obtener lo que se quiere.
La toma de decisiones, la inclinación ante las propuestas para hacer un proyecto y la petición para actividades extraoficiales son situaciones comunes en el trabajo, así como la “delicada” manipulación que se puede presentar para que los colaboradores actúen de cierta forma o cedan ante solicitudes. En pocas palabras, que actúen a favor de lo que los jefes quieren.
Sin embargo, no todos los empleados son conscientes de este juego de manipulación que influye en sus elecciones, acciones e incluso ritmo de trabajo, ya que ésta se puede dar de diversas maneras.
De acuerdo con Welcome to the Jungle, Philippe Breton, sociólogo francés y autor del libro La parole manipulée (La manipulación de la palabra), indica que hay diversas técnicas de manipulación, pero en las empresas se suelen aplicar tres:
Independientemente del tipo o técnica de manipulación, quien la ejerce siempre busca un cometido: lograr u obtener lo que quiere. Aunque hay cosas en que se da de manera inconsciente, lo ideal (y mejor) es optar por la comunicación clara y asertiva, que, de entrada, permite tener un diálogo honesto que mejore el trabajo grupal.