La delgada línea entre productividad y productividad tóxica

La delgada línea entre productividad y productividad tóxica

Experta afirma que el fenómeno se da “cuando hay exceso de trabajo y se llega a situaciones límite”, desequilibrando la vida personal y laboral.

La productividad, de acuerdo con Economipedia, consiste en “medir la eficiencia de producción por cada factor o recurso utilizado, entendiendo por eficiencia el hecho de obtener el mejor o máximo rendimiento utilizando un mínimo de recursos”. Esto quiere decir que “cuantos menos recursos sean necesarios para producir una misma cantidad, mayores serán la productividad y eficiencia”.

La productividad es una meta en el colectivo laboral. Alcanzarla requiere de estrategia, planeación, objetividad y dedicación. Pero con la crisis sanitaria, la fijación para cumplir este objetivo generó que surgiera la productividad tóxica.

Sin embargo, en la productividad tóxica ocurre lo contrario, ya que este fenómeno se da “cuando hay exceso de trabajo y se llega a situaciones límite”, señala María Jesús Álava Reyes, psicóloga general sanitaria y especialista en Psicología del Trabajo y las Organizaciones, de acuerdo con S Moda.

“Esto ocurre por el miedo o exceso de presión. Producir se vuelve tóxico porque ese ritmo no se puede mantener a lo largo del tiempo y crea estragos en la salud. También crea un ambiente tóxico porque hay una descompensación entre el trabajo y el resto de tu vida”, agrega la psicóloga.

Adicción al trabajo 2.0

Aunque estos síntomas se agudizaron con la pandemia debido a la incertidumbre y el temor de perder el empleo, por mencionar, Huffpost afirma que la productividad tóxica “es la forma moderna de designar la adicción al trabajo, pero tiene nuevos matices”; algunos de estos son los siguientes:

    • Deseo insano de querer ser productivo todo el tiempo
    • Tener la necesidad de “aprovechar” al máximo el tiempo
    • La nueva realidad laboral puso en pausa las rutinas habituales de la sociedad, de modo que la productividad tóxica es una “justificación”, a pesar de que los cambios se han debido a un factor externo: la pandemia

Al respecto, Simone Milasas, autora de Joy of Business, expone que, de hecho, “la productividad tóxica ni siquiera se desvanece cuando terminas esa ‘última’ tarea, sino que te hace sentir remordimientos por no seguir con algo más”. Y, por eso, “para las personas que sufren este problema, nunca es suficiente”.

Debido a las consecuencias que implica este tipo de productividad, la urgencia es recordar el verdadero significado de productividad y analizar el estado en el que se encuentra cada trabajador, ya que esta cualidad nunca debe ser sinónimo de estrés (al menos no exagerado), ansiedad, nerviosismo e hiperactividad constante. De ser así, el capital humano habría cruzado la línea entre la productividad y la productividad tóxica.

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