

Estos grupos se caracterizan por conformarse por personas que trabajen en equipo, pero que conserven su autonomía para actuar, opinar y decidir.
Muchas empresas suelen centrarse en captar elementos clave a los cuales incluso llegan a denominar empleados estrella. Pero, ¿qué ocurre cuando estas personas dejan las organizaciones? Esto genera que haya un desequilibrio en los equipos de trabajo, lo que evidencia la importancia de forjar equipos de alto rendimiento en vez de centrarse en algunos colaboradores.
Para hablar de equipos de alto rendimiento hay que tener en cuenta dos variables:
Y el concepto de equipos de alto rendimiento busca eso: unir esas dos variables para que el alcance de objetivos sea una garantía, ya que su ausencia suele ocasionar que las organizaciones no tengan el éxito esperado, a pesar de que tiene planes estratégicos. De hecho, la revista Fortune indica que sólo el 10% de las buenas estrategias se implementan correctamente, mientras que el 70% de los proyectos no tiene buenos resultados debido a una mala ejecución.
Para que estos equipos laborales sean una realidad, es necesario que los colaboradores tengan “capacidad para trabajar en equipo y, al mismo tiempo, asumir responsabilidades específicas sin necesidad de una supervisión estricta”, destaca Bizneo.
Pero eso no es todo, ya que las empresas también tienen que asegurarse de contar con líderes que motiven a las personas y tengan una clara visión de qué es lo que se busca, ya que, al final de cuentas, tienen que ser vistos como guías y no personas que imponen sus necesidades y puntos de vista.
Adicionalmente, deben considerar lo siguiente: