El juego del calamar, el reflejo de un entorno laboral nocivo

El juego del calamar, el reflejo de un entorno laboral nocivo

Tras volverse una tendencia, expertos comparten semejanzas entre la serie y el mundo laboral, exponiendo tres áreas de oportunidad: el liderazgo, la empatía y el trabajo en equipo.

El juego del calamar (Squid game, en inglés) se convirtió en un fenómeno luego de que Netflix presentará la serie coreana bajo el mismo nombre. Su drama, frivolidad y tono agresivo han generado analogías de todo tipo, y el ámbito laboral no es la excepción.

Para expertos en el sector, este juego ejemplifica entornos de trabajo sin seguridad psicológica, con un liderazgo inadecuado y con condiciones laborales casi inhumanas.

LinkedIn Noticias hace la siguiente reflexión: al igual que en el juego, los colaboradores se integran por elección a una empresa/equipo de trabajo para recibir una remuneración económica y emocional. Pero, en muchos casos, a costa de…

        • Altos niveles de estrés y ansiedad (síndrome de burnout)
        • Falta de control por la poca o nula organización (planificación)
        • Extensas horas de trabajo (saturación de trabajo)
        • Mal liderazgo (liderazgo prepotente y carente de humanidad)
        • Mala comunicación (entornos nocivos)

Se trata de los pilares organizacionales que toda empresa debería forjar y fomentar para que los colaboradores no se encuentren en condiciones extraordinarias, sino humanas.

Nancy Malacara, reportera de Grupo Expansión, hizo un análisis en el que destaca que la serie expone las áreas de oportunidad de las empresas como el clima organizacional, la gestión del talento y el compañerismo.

También cita la opinión de Roberto Báez, especialista en comunicación estratégica y CCO de Headline PR & Comms, quien dice que las cinco lecciones de la serie se resumen en: reforzar el trabajo en equipo, fomentar la empatía, identificar qué alienta (incentivos) a los empleados, apostar por la diversidad -y no subestimar a las personas- y tener líderes reales, es decir, aquellos que son verdaderamente guías.

Otros factores que entran en juego son el ego y la soberbia, los cuales son más riesgosos cuando, como dice una frase, “el poder está en las manos equivocadas”, ya que puede destruir a un colaborador, un grupo de trabajo e incluso a una empresa.

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