El impacto del calor en la productividad laboral es un tema que merece nuestra atención, en especial ahora que estamos viviendo unos devastadores aumentos de temperatura en el mundo, los cuales afectan a nuestra salud y rendimiento en el trabajo.
El sitio de Medical Assistant explica que, a medida que la temperatura corporal supera los 37°C, nuestro cerebro se ve obligado a destinar más recursos para regularla, lo que tiene un efecto negativo en otros procesos cognitivos como la atención, la concentración y la memoria.
Por eso, durante las temporadas de calor, aquellos trabajadores expuestos a altas temperaturas pueden experimentar dificultades para desempeñarse en sus funciones de la misma manera que lo hacen en otras estaciones. Esto, a su vez, puede provocar una disminución en la productividad de las organizaciones.
El calor excesivo no solo causa incomodidad física, sino que también genera ansiedad, estrés, irritabilidad y cansancio en los colaboradores. Todos estos efectos se traducen en una disminución significativa de la productividad laboral.
Para contrarrestar estos impactos negativos, es importante adaptar el entorno laboral para que los empleados puedan enfrentar las altas temperaturas de la mejor manera posible, sintiéndose cómodos y relajados.
Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSTH) de España, la temperatura ideal en el entorno laboral oscila entre los 17 y 27 grados Celsius para trabajos sedentarios, y entre los 14 y 24 grados Celsius cuando se realiza una actividad física más intensa.
Establecer estas temperaturas óptimas puede contribuir a prevenir enfermedades como las erupciones cutáneas, calambres, síncope, deshidratación, agotamiento o golpe de calor.
Tanto las empresas como los trabajadores tienen la responsabilidad de garantizar que el ambiente de trabajo sea lo más cómodo posible para todos. Al hacerlo, se promoverá la eficiencia en las actividades laborales y se evitará una disminución en la productividad de los colaboradores.
Es importante que los empleados estén aclimatados al calor de acuerdo con el esfuerzo físico que ejecutan, que los ritmos de trabajo se ajusten a la tolerancia a la temperatura y que se mantengan adecuadamente hidratados bebiendo agua con frecuencia.