

La renuncia silenciosa se ha convertido en un término ampliamente utilizado para describir a aquellos trabajadores que cumplen con su trabajo, pero que no dedican un esfuerzo adicional. Sin embargo, también está la renuncia ruidosa, una forma de desconexión laboral que ha crecido en los últimos meses.
Según Business Insider, el informe de Gallup sobre el “Estado del lugar de trabajo global 2023”, reveló que el 18% de los empleados encuestados en todo el mundo están renunciando en voz alta, lo que significa que están “activamente desconectados” de su trabajo, ya sea por la insatisfacción con su rol o por una pérdida de confianza en el empleador.
Por otro lado, también señaló que un 59% de los empleados renuncia en silencio, lo que implica que simplemente no están comprometidos con su trabajo.
La diferencia entre estos dos grupos es significativa. Mientras que los empleados que renuncian en voz alta son más propensos a aceptar rápidamente otro trabajo si está disponible, los que renuncian en silencio pueden mantenerse en la misma posición sin un alto nivel de compromiso.
Esto puede tener un impacto negativo en la productividad y el bienestar de los empleados, así como en la reputación de la empresa para atraer nuevos talentos.
El informe de Gallup también destacó que la falta de compromiso de los empleados tiene un costo económico significativo. Se estima que le cuesta a la economía global 8.8 billones de dólares, lo que equivale al 9% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Según Jim Harter, científico en jefe de Gallup para la gestión del lugar de trabajo y las prácticas de bienestar, la gestión desempeña un papel fundamental en la desconexión laboral de los empleados, ya que los jefes explican aproximadamente el 70% de la variación en el compromiso del equipo.
Para abordar este problema, es fundamental que las empresas se enfoquen en la creación de un entorno laboral positivo y en el fomento del compromiso de los empleados. Esto implica proporcionar oportunidades de desarrollo y crecimiento, reconocimiento y recompensas adecuadas, así como una comunicación abierta y transparente.
Además, los líderes deben mostrar empatía, escuchar activamente las necesidades de los empleados y abordar cualquier preocupación o conflicto de manera oportuna. Al hacerlo, podrán retener el talento, mejorar el rendimiento y fortalecer su reputación como empleadores deseables.