

Está claro que la renuncia silenciosa no es una tendencia, ni mucho menos un fenómeno. En realidad, es el resultado de malas estrategias y liderazgos por parte de las compañías. Por eso, es necesario conocer las claves para atenuar sus efectos y fomentar el compromiso de nuestro equipo.
Y para lograrlo, la directora de Talento para la Región Norte de LLYC, Andrea López, nos comparte algunas de las más relevantes, perfectas para ayudarnos a mejorar nuestra cultura organizacional y evitar centrar la responsabilidad de este fenómeno en el personal.
Debemos entender a nuestros colaboradores, sus valores, principios, qué los motiva y qué quieren de su carrera profesional. Y a medida que los conozcamos mejor, notaremos los cambios en comportamiento.
Nuestros empleados no son adivinos, así que, si esperamos algo en particular de ellos sin haberlo comunicado, jamás entenderán a fondo su rol en la organización.
De acuerdo con el artículo de LLYC, nuestro equipo de trabajo suele pasar más de 30 horas a la semana conviviendo con sus compañeros. No obstante, esto no significa que sea un tiempo valioso para ellos, por lo que debemos poner atención a estos momentos y buscar hacerlos más amenos.
Un problema muy común en las empresas es la falta de involucramiento entre la alta dirección y los equipos de trabajo. A veces, esta interacción no pasa de los reportes que se reciben, por lo que debemos compartirles más de la visión estratégica de la compañía y su propósito, además de aumentar la comunicación formal e informal.
Si no permitimos a nuestro equipo desconectarse del trabajo para que disfrute de su familia o de su tiempo libre, entonces aumentará su intolerancia, su frustración y se sentirá aún más desconectado de la empresa.
Por supuesto, estas son solo algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a mejorar nuestra cultura organizacional y la relación empleado-jefe. No se trata de una receta mágica para el éxito, pero sí son acciones conscientes y útiles que harán la diferencia poco a poco.