El branding corporativo es la base de toda marca, es ese elemento que la hace tangible y le permite tener una identidad e imagen diferenciadora y característica. En otras palabras, el branding es la manera en la que una marca se proyecta hacia su público, es la percepción que construye entre sus consumidores y que les permite reconocerla, sentirla y experimentarla.
El branding engloba todos los trabajos de gestión de una marca, con la meta de hacerla conocida, atraer clientes y construir una imagen positiva que pueda quedarse en la mente de su audiencia para atraer más clientes, fidelizar a los que ya lo son y tener una mayor presencia en el mercado.
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Este proceso implica acciones muy alineadas con el propósito, la misión, visión, valores y el posicionamiento, con el objetivo de generar conexiones sólidas y duraderas con el público objetivo y, por supuesto, poder estimular la decisión de compra a favor de la empresa.
En resumidas cuentas, el branding abarca todo el proceso de planificación, estructuración, gestión y promoción de una marca, de manera que cada stakeholders la valore como una autoridad en su segmento y tenga deseo de siempre estar cerca de esta.
Un proceso de branding corporativo racional, estratégico y de gran alcance conlleva tener presente los siguientes aspectos clave:
El branding corporativo se basa en la construcción de la identidad general de la empresa y la manera en cómo es difundida para hacerla llegar a los clientes y potenciales consumidores. Por eso es necesario conceptualizar los pilares o elementos fundamentales que tiene esta práctica y dónde se sostiene para que resulte efectiva.