Antifragilidad, Definición Y Beneficios Organizacionales

Antifragilidad, Definición Y Beneficios Organizacionales

Adaptarse a un contexto adverso es una de las cualidades más importantes de las personas, no sólo en el ámbito personal, también en el laboral. Pero adaptarse y además fortalecerse ante situaciones complejas es una habilidad muy valiosa en la actualidad, la cual es conocida como antifragilidad.

 

Según Nassim Nicholas Taleb, autor del libro ‘Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden’, ésta se define como “la cualidad de las cosas que se benefician o mejoran con el desorden, la irregularidad, la volatilidad, la poca estabilidad, el caos, el azar”.

 

Para las personas que desarrollan esta cualidad, la incertidumbre no es una situación negativa; las dificultades o inconvenientes son oportunidades para demostrar sus capacidades y crecer. A los antifrágiles les beneficia un mayor nivel de crisis, ya que les permite desempeñarse mejor, potenciar sus habilidades y conducirse con más tranquilidad y convicción de lo que son capaces de hacer.

 

La antifragilidad no sólo puede ser desarrollada por los individuos, también las organizaciones pueden lograrlo. Aquellas empresas que adquieren esta cualidad son capaces de soportar las situaciones aleatorias e inciertas en el contexto económico y social actual y futuro, lo que les permite sobrevivir a largo plazo.

 

Es necesario tener claro que la resiliencia y la antifragilidad no son lo mismo, ya que con la primera cualidad se desarrolla la capacidad de adaptación a una situación difícil y salir de ella de la mejor forma. Mientras, con la segunda cualidad, la incertidumbre representa una oportunidad de aprendizaje, crecimiento y mejora.

 

En una situación de cambios radicales, como la que vivimos con el surgimiento de la pandemia de Covid-19, se puso en evidencia que hay empresas que aprovechan la incertidumbre como oportunidad de explorar nuevas formas de negocio y trabajo, con lo cual no sólo han resistido a la crisis, sino que han alcanzado un nuevo nivel.

 

Por el contrario, aquellas que no aprovecharon la crisis como una oportunidad de mejora, han sido las más afectadas por la incertidumbre económica y social que ha traído esta enfermedad.

 

Para desarrollar la antifragilidad individual y corporativa, hay 3 principales cosas que debemos considerar:

 

  1. La incertidumbre, el desorden y los errores son algo natural.
  2. Lo mejor es actuar siempre con agilidad y rápidez.
  3. Predecir todo es imposible, hay que prepararse para las situaciones de máximo riesgo.
 

Recuerda que el resiliente se adapta al contexto, pero el antifrágil se prepara para hacerle frente y lo aprovecha para desarrollar más y mejores capacidades.

 

Fuentes:

 

https://www.infobae.com/tendencias/talento-y-liderazgo/2020/09/11/que-es-la-antifragilidad-y-como-se-puede-aplicar-en-el-mundo-laboral-en-epocas-de-crisis/

https://es.weforum.org/agenda/2020/03/coronavirus-innovacion-y-antifragilidad-mas-alla-de-las-respuestas-urgentes/

https://salesposition.com.uy/construir-la-anti-fragilidad-para-fortalecer-las-organizaciones/

https://www.entrepreneur.com/article/309330

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