

El acosador, la víctima y los espectadores son clave para su desarrollo, razón por la cual las empresas deben diseñar políticas que erradiquen el mobbing.
Para cerrar con broche de oro octubre, que es el mes en el que se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, es importante hacer un recordatorio de los factores que afectan a los colaboradores, a fin de abordarlos adecuadamente. Uno de ellos es el acoso laboral, y para atenderlo primero hay que saber quiénes son los protagonistas de éste.
Como publicamos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a un lugar de trabajo saludable como “aquel en el que los trabajadores y líderes contribuyen activamente al entorno laboral promoviendo y protegiendo la salud, la seguridad y el bienestar de todos los empleados y sus familias”.
Pero cuando las condiciones son las contrarias, se está frente a un entorno laboral nocivo, tóxico y carente de seguridad psicológica. En muchos casos, esto genera que se presente el acoso laboral, también conocido como mobbing, del verbo en inglés to mob, que es acosar u hostigar.
Independientemente de porqué se presenta, hay perfiles clave, de acuerdo con el portal Rosario Nuestro:
Adicionalmente, hay que considerar que el acoso laboral puede provenir de homólogos, pero también de los líderes o compañeros con mejor jerarquía; por ello, las organizaciones tienen las maneras en las que se da el mobbing:
El acoso laboral es una situación que vive el 13% de los trabajadores en Latinoamérica, al ser víctimas de violencia psicológica relacionada con amenazas o discriminaciones. Y esto quiere decir que las organizaciones siguen con el reto de diseñar políticas que erradiquen esta situación, que a la larga termina por dañar en todos los sentidos a las personas, generando la pérdida de elementos clave.